Mientras venía en la moto...

No tengo carnet de moto, pero soy un buen paquete. La ventaja de ir en la parte de atrás es que no tienes que estar concentrado en la conducción y puedes dedicarte a otros menesteres. Y así surgen algunos pensamientos que, con un poco de suerte, quedan grabados en la memoria el tiempo suficiente como para llegar al ordenador y crear una entrada al respecto.

El pensamiento que me ha venido, meramente autorreflexivo y en su formulación exacta, ha sido el siguiente:

«No he aprendido de la vida tanto como para torcerme, pero sí lo suficiente como para que no me tuerzan.»

Y espero que así siga siendo.

Música, letra... y metáforas

Elevando a categoría de post el diálogo que se está manteniendo en torno a la entrada de Furtwängler sobre música y letra...

Todo es cuestión de las metáforas imperantes en nuestra cultura. ¿Qué metáfora hay debajo del "música Vs. letra"? La metáfora de la guerra; la misma que hay en frases tan cotidianas como "atacar un problema", "enfrentarse al jefe", "luchar en la vida", "defender una posición" o cualquier otra que se os ocurra.

Aplicamos inconscientemente el enfrentamiento y los juegos de suma cero a muchos de los temas que abordamos. Y así, en lugar de indagar los grados o niveles de complementariedad de dos elementos, buscamos determinar cuál de ellos es el ganador y cuál el perdedor. Y no tiene mucho sentido si lo pensáis; en todo caso, el mismo sentido que pensar en términos de "mejor" o "más importante" objetos como un tenedor y un cuchillo, un papel y un lapicero o un cuerpo y un alma.

En definitiva y a la larga, uno nace aquí, en esta cultura, y piensa y se comporta como si estuviese pentagramado.

De vasitos y vasos

Ayer me ocurrió lo siguiente:

Me acerqué a la barra de la cafetería de la Universidad y pedí un «vasito» de agua. La camarera me preguntó: "¿poquita agua, para una pastilla, o un vaso de agua?" "No, no, un vaso de agua normal" "Ah, vale. Es que, como me has pedido un vasito..." "Es que lo mío con los diminutivos no tiene nombre...".

Luego reflexioné un poco sobre la cuestión. Recapitulé y me di cuenta de que, efectivamente, tiendo a pedir «vasitos» de agua en lugar de «vasos». Y encontré una posible explicación: el diminutivo aplicado al favor solicitado disminuye simbólicamente el esfuerzo que exige dicho favor.

La camarera tendrá que coger un vaso, llevarlo hasta el grifo, llenarlo y, si le da por ahí, ponerle un cubito de hielo. Y eso será así le pida un vaso o un vasito. Sin embargo, a mí me da la sensación de que, al pedir un vasito, el esfuerzo que le estoy exigiendo es menor.

Celebrando a Wolfgang

Los aniversarios nos traen eso, recuerdos e inversiones públicas. Y en el siglo XXI, la RTV danesa nos regala 12 de sus sinfonías . En acojo-calidad, 256kb de bitrate. ¡Disfrutadlo!

Inspiración messengeriana

FURTWÄNGLER se comunicaba conmigo el otro día por un sistema de mensajería instantánea, concretamente el Messenger.

Comentábamos cosas acerca del mundo de la empresa, donde, siguiendo el principio de Peter, es frecuente que una persona ascienda y ascienda hasta alcanzar su nivel de incompetencia. Expresaba a Furtwängler mis inquietudes sobre las repercusiones de la experimentación de este principio en los trabajadores de a pie, que nos mantenemos en un cierto nivel de competencia. Y entonces llegó la inspiración:

«He visto luchar (¡oh, ignorancia!) por dirigir coros. Date cuenta que el director no suena, lleva un palo silencioso. Nunca he visto luchar por [tocar] el órgano. Ahí no hay trampas ni cartón.»

Sobran las explicaciones.

De blogs y narcisismo

Por fin ha llegado el curioso Odiseo. Pero lo ha hecho con una tímida aparición estelar en forma de comentario a un post anterior, el primero de FURTWÄNGLER.

¿Será esta timidez fruto de la grandeza de Odiseo? Comentaba Sibelius en comunicación offline que el asuntillo éste de los blogs tiene mucho de narcisismo. ¿Cuándo podremos disfrutar de unas palabras dignas de autocontemplarse? Desde luego, hay quien defiende a muerte esta idea del narcisismo bloggero y además lo hace con un derroche de creatividad literaria:

...sospecho que en muchos casos se trata de seres con el deseo voyeurista de analizarse, fascinados por el espectáculo cotidiano de sus vidas, o de sus ideas u obsesiones, dejando ver una pizca de megalomanía disfrazada de amor al debate, un ego hipertrófico escondido tras conceptos como la alegría de compartir o lo hermoso que es interactuar sanamente con los demás

Hombre, que sea así en algunos casos no se puede negar. Pero que la mayor parte de una blogosfera de cientos de miles de páginas sea narcisista no es correcto. Los weblogs se están revelando como vías muy importantes de legitimidad y transmisión de información. Algunas empresas están aplicando de hecho una "estrategia blog" para el lanzamiento eficaz de sus productos: los expertos se comunican de tú a tú con los lectores interesados, potenciales clientes, y les resuelven las dudas que tengan.

Los blogs son todo un símbolo de la libertad de expresión y tienden a resultar más cercanos que una página web corporativa, por ejemplo. Los blogs siempre tienen una persona o un grupo de personas involucradas personalmente en que salga adelante. Esta o estas personas son reconocidas por los lectores, quienes tienen además la oportunidad de comunicarse directamente con ellos a través de los comentarios.

¿Pueden reducirse todas estas cualidades a "narcisismo"? La blogosfera es mucho más que eso.

Para los más escépticos

Dice uno de nuestros curiosos en petit comité que "mis latines en un blog pueden sonar a pedantería". Puede que sea cierto, pero también puede que no lo sea. Internet es un espacio inmenso, donde un número indeterminado pero extraordinario de personas navegan a la busca y captura de algún contenido interesante. Uno acude al buscador Google y pregunta "Rafael Manero Tudela". ¿Y cuál es el resultado, entre otros? En referencia a las actuaciones del coro Gaztambide-Remacha durante la Semana Santa de 2001:

«Dos conciertos más ofreció el grupo coral. El día 7 en la iglesia del Carmen y el día 10 en la de San Juan, del barrio de Lourdes. El programa compuesto de obras de castellano y otras de polifonía clásica, era muy atractivo. Un dato para la historia. En el del Carmen, se estrenaron dos obras de dos compositores tudelanos vinculados al coro en etapas anteriores. "Beatus Vir" de Francisco Fernández "Paquico" y la titulada "No me mueve mi Dios" de Rafael Manero, basada en textos del siglo XVI. Dos excelentes páginas de bella factura, impregnadas de poesía y espiritualidad que el coro, pese a las dificultades tonales, esencialmente en la obra de Manero, resolvió con brillantez. Ambas obras fueron recibidas por el numeroso público asistente con estusiasmo y premiadas con nutridos aplausos. Ciertamente las treinta y cinco voces del coro demostraron su buen hacer musical, destacando su afinación, el equilibrio en sus cuerdas y el colorido vocal.»

Resulta que un esperanzado humano podría estar buscando información especializada (experimentada) sobre la transición musical española en tiempos de Ravel o Debussy, o podría estar buscando un rayito de sol grecolatino en la WWW que no ha logrado encontrar fuera. ¿Quién, si no vosotros, podría aportar este pequeño granito de cultura al mundo?

En definitiva, un blog es una forma de compartir información y construir conocimiento colectivamente. Lo que no sabe uno lo sabe otro. De hecho, si esto prosperase, podríais llegar a conocer más gente interesada en lo que estáis haciendo, en vuestro proyecto de sacar a la luz tanta y tanta música que el tiempo y las biografías de cada uno de quienes constribuisteis a crearla y la conocíais habían condenado a los cajones (tanto físicos como metafóricos).

Donde estén las bolillas...

Se habla mucho de los encajes de bolillos, pero ¿y qué pasa con las bolillas? ¿Es acaso un tema de bolillos y no de bolillas lo que estamos haciendo para sacar adelante este blog, contra viento y marea?

Desde luego, una vez lo hayamos logrado, podremos hablar con verdadero conocimiento de causa de la brecha digital. Se acabaron los charlatanes: es hora de que hablen los que se enfrentan a los hechos a diario.

Contra la opinología, experiencia.