Friday, February 17, 2006

Inspiración messengeriana

FURTWÄNGLER se comunicaba conmigo el otro día por un sistema de mensajería instantánea, concretamente el Messenger.

Comentábamos cosas acerca del mundo de la empresa, donde, siguiendo el principio de Peter, es frecuente que una persona ascienda y ascienda hasta alcanzar su nivel de incompetencia. Expresaba a Furtwängler mis inquietudes sobre las repercusiones de la experimentación de este principio en los trabajadores de a pie, que nos mantenemos en un cierto nivel de competencia. Y entonces llegó la inspiración:

«He visto luchar (¡oh, ignorancia!) por dirigir coros. Date cuenta que el director no suena, lleva un palo silencioso. Nunca he visto luchar por [tocar] el órgano. Ahí no hay trampas ni cartón.»

Sobran las explicaciones.

1 Comments:

Blogger ananias said...

La incompetencia de algunos llega hasta tal punto que no son conscientes de que, tarde o temprano, la dirección suena y, hasta entonces, se sienten y actúan como dioses del Olimpo.

De ahí que, en la inmediatez de la experiencia vital, un puesto de director acojone menos que el de organista. Al fin y al cabo, el director, si está rodeado de músicos muy competentes y experimentados, puede salir airoso de un concierto; pero un organista, artífice directo de los sonidos, sólo puede confiar en su propio talento y experiencia.

7:59 AM  

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